Hola Amigos del Saber,
Ante todo le pese a quién le pese, contesto la pregunta ya: Rotundamente SI, o sea que si no os va este rollo ya podéis dejar la lectura aquí jejeje.
Andaba yo hace un par de semanas de visitas por Zaragoza (pero ésto me podía haber pasado por Barcelona o por cualquier otro sitio de nuestra geografía), y cogí un taxi en la estación de Delicias para dirigirme a ver a uno de mis cllientes, le di la dirección al taxista, un hombre edad cercana a la jubilación con muchos kilómetros a sus espaldas, pero el hombre se desorientó y dimos alguna vuelta de más en el polígono PLAZA. Entonces le insté (ya que no llevaba GPS en el taxi) a que usase su teléfono para buscar la dirección, y me contestó que no tenía móvil ni deseo de tenerlo (ya no hablemos de un «smartphone»). Me quedé de pasta-boniato, y tuve que usar el mío para encontrar el sitio. No pretendo con esta anécdota discriminar a nadie, pero se me hacía impensable un profesional itinerante «incomunicado», pero lo estaba. Le dije si era consciente de lo que podía perder: Clientes, ayuda en caso de accidente o emergencia, GPS, etc… Le dio igual, nunca tuvo y nunca lo tendrá (me espetó), por lo que ya no le insistí más. (Que conste que no es cosa de la edad que mi padre tiene más de 70 y desde hace un par de años usa a diario su smartphone).
Anécdotas a parte, creo que este caso es raro por inusual, pero la realidad es que el móvil inteligente ha llegado para quedarse y para hacernos la vida más fácil ¿Alguien podía pensar que además de poder hablar con quien quisiera, donde quisiera y cuando quisiera, podría tener acceso a toda la información del mundo en tres pulsaciones de una pantalla táctil? Y es que es así, llevamos en el bolsillo un cacharrín, con una potencia entre 100 y 1000 veces la del ordenador que hizo llegar al Apolo XI a la luna, que además está conectado a la red de redes y con San Google!!!
Dicen los estudiosos en la materia que nuestro cerebro se está reconfigurando neuronalmente, que cuando tenemos dudas o queremos saber algo, sencillamente lo buscamos y lo «sabemos». Bueno, no es tanto así, pero casi, no es tan sencillo como enchufarnos al móvil y decir aquello que dijo Neo en Matrix. «Ya sé Kung-Fú» y ponerse a dar ostias, pero si podemos saber de dónde salió esta arte marcial y en qué se basa consultando la Wikipedia.
Por otro lado, otro hito que han conseguido estos «diabólicos» aparatos es el del acceso de la gente al mundo internet y sobre todo a las redes sociales, gente que incluso ni tienen ordenador ni tan siquiera les gusta, y cómo desde ahí, además de ver que hacen sus amigos y familiares, se enteran de las cosas que están pasando gracias a los contenidos que la gente (y los diarios) comparten, es como si cada día se leyeran el periódico, y eso señores no deja de ser cultura. Ya no hablemos de lo de hacer fotos, ver emails y las miles de «apps» que existen para hacernos la vida más fácil
Por último deciros que España es uno de los principales países del mundo en el crecimiento de usuarios de móviles inteligentes (smartphones), en 2013 se vendieron más de 900 milones en todo el mundo y que esto ya no hay quien lo pare!!